Nadie es perfecto y el mundo laboral no escapa a esta regla. Sin querer, un día podrías equivocarte en un análisis, reaccionar mal con un cliente, olvidar una cita o una tarea.
1. Informa a tu responsable de lo sucedido lo antes posible
Admitir que has cometido un error, tanto si es por despiste como por otra razón, requiere una buena dosis de humildad. Sin embargo, no decir nada podría llevarte a situaciones mucho más difíciles y por las que deberás asumir la responsabilidad tarde o temprano.
2. Asume tu responsabilidad
Cuando cometes un error, puedes sentirte tentado a disminuir tu responsabilidad en el asunto o, peor aún, culpar a otra persona. Este fue el caso de Christine, asesora en una agencia de viajes.
3. Piensa en una solución
Esta actitud, humilde y madura, habría salvado la relación entre la agencia de viajes y su clienta, así como la colaboración con el parque de atracciones. Además, le habría ahorrado a Christine la vergüenza ante sus responsables y compañeros, que inevitablemente se iban a enterar de lo ocurrido.
4. Esfuérzate por recuperar la confianza de tu equipo
Si has cometido un error, pero decidiste asumir tu responsabilidad y contárselo a tu mánager, y habéis encontrado una solución juntos, es muy probable que la empresa te perdone y que tu día a día en el trabajo vuelva rápidamente a la normalidad.
5. Analiza tu error
En cualquier caso, tómate el tiempo de analizar tu error, ya sea a solas o pidiéndole a tu mánager que te dé su feedback. Evalúa la sucesión de acontecimientos e identifica los momentos en los que podrías haber reaccionado de forma diferente.
Errar es humano y a todos nos puede suceder, ya sea que se trate de una situación más o menos grave. No te preocupes y aprende a superar estos momentos.